miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cambios

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Mi cabeza está cambiando, ya no dá más de sí. Pasados los años adolescentes sigues cambiando y las consecuencias prácticas nadie te las enseñó. Cambia tu cuerpo, antes o después te cansas donde antes no te cansabas, las patas de gallo o "arrugas de expresión" (¡ja!) ya te han salido, la gente a tu alrededor pasa a ser más joven que tú, los niños te llaman "señora" (¡no dejo de sorprenderme cada vez que me ocurre!), el mundo sigue su curso independientemente de tí (te das cuenta de que no eres el centro de casi nada), tu originalidad se convierte en invisibilidad, de vez en cuando aparecen los mismos problemas de salud o quizá otros nuevos... Lo peor es que, por el camino, con los cambios y con los líos de la vida, se me ha olvidado jugar, porque he aprendido a tomarme las cosas demasiado en serio y a ver fantasmas donde no hay ná de ná.
No sé, la vida es lo que es y está hecha sólo para disfrutarla. No hay nada que hacer en ella, sólo vivirla, ni siquiera hay que pensarla. Y mi tarea de ahora es aprender a olvidarme de pensar tanto.