sábado, 19 de septiembre de 2009

Escribir

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No sé por qué llevo unos días pensando que me gustaría escribir las cosas que he vivido y me han pasado. Creo que me siento... mayor. Me miro al espejo y no me reconozco: tengo 38 años y parece que tengo 10 años menos y en mi cabeza me siento tan desorientada como una adolescente; ¿será que los años han pasado por mí inútilmente?, ese pensamiento me atormenta. Me encantaría acabar mi vida sintiéndome en paz conmigo misma, lo demás lo tengo (más o menos).

Esta tarde he recordado, no sé por qué, un mes que pasé en Gijón hace ya 5 años. Era febrero, hacía frío y yo pasée horas y horas por la playa y pensé y decidí tantas cosas allí... ese mes me cambió la vida.

Escrbir cosas como ese febrero que viví en Gijón (y tantas otras) sería justo conmigo misma.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Apunta hacia la luna...

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"Apunta hacia la luna pues, aunque te equivoques, siempre irás a parar a las estrellas". Hay frases tan bonitas... que te ayudan en un momento gris. Mis días a ratos vuelven a ser grises... pero las palabras o las sonrisas de quienes me rodean me ayudan, gracias. También encuentro cosas que me ayudan, como esto que me ha gustado, me parece muy sabio.

Y a ver si riéndome más de mí misma pienso menos, que se me pone una cara...

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cambios

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Mi cabeza está cambiando, ya no dá más de sí. Pasados los años adolescentes sigues cambiando y las consecuencias prácticas nadie te las enseñó. Cambia tu cuerpo, antes o después te cansas donde antes no te cansabas, las patas de gallo o "arrugas de expresión" (¡ja!) ya te han salido, la gente a tu alrededor pasa a ser más joven que tú, los niños te llaman "señora" (¡no dejo de sorprenderme cada vez que me ocurre!), el mundo sigue su curso independientemente de tí (te das cuenta de que no eres el centro de casi nada), tu originalidad se convierte en invisibilidad, de vez en cuando aparecen los mismos problemas de salud o quizá otros nuevos... Lo peor es que, por el camino, con los cambios y con los líos de la vida, se me ha olvidado jugar, porque he aprendido a tomarme las cosas demasiado en serio y a ver fantasmas donde no hay ná de ná.
No sé, la vida es lo que es y está hecha sólo para disfrutarla. No hay nada que hacer en ella, sólo vivirla, ni siquiera hay que pensarla. Y mi tarea de ahora es aprender a olvidarme de pensar tanto.